IGLESIA CATEDRAL de SANTA MARÍA «CATEDRAL VIEJA»

En Salamanca hay dos Catedrales, adosadas sí, pero diferentes, la ROMÁNICA y la GÓTICA. ¿Por qué? La románica, CATEDRAL VIEJA, empezó a quedarse pequeña en una época en que la ciudad estaba en plena ebullición, ¿de moda? Se inician las obras para ampliar la capacidad de la catedral y sólo se sacrifica uno de los brazos del crucero de la antigua catedral. Por supuesto que no vamos a derruir un espacio sin tener otro disponible.
Finalmente se desestimó destruir el resto de la Vieja, ¡gran suerte que no sabemos a quién debemos! Quizás al paso del tiempo porque estamos hablando de varios cientos de años los que transcurren entre el inicio y final de las obras.
Al exterior, de la románica, sólo es visible desde el PATIO CHICO, el Ábside Mayor, el Ábside lateral meridional, que no fue derruido, la Torre del Gallo y la Puerta de ACRE.
El resto queda oculto por las Capillas del Claustro y obras posteriores.
La entrada del templo poseía un PÓRTICO Románico flanqueado por dos TORRES. Subsiste la TORRE MOCHA, inacabada. La TORRE Norte o «Torre de las Campanas» es ROMÁNICA en el interior donde se encuentra la CAPILLA DE SAN MARTÍN. Fue encapsulada por la Torre Gótica y posteriormente, sufrió más cambios, algunos debidos al Terremoto de Lisboa en 1.755 (pero esa es otra historia…).

En el ÁBSIDE Mayor y en el Lateral que subsiste observamos los elementos típicos del ROMÁNICO: Arcos de Medio Punto, decoración de AJEDREZADO, Ventanas saeteras, Columnas adosadas en los muros y Capitales con Relieves.
Los Ventanales del ábside mayor conservan las fabulosas REJAS Románicas de Espirales.

Sin embargo, el remate superior ya nos habla del nuevo estilo GÓTICO, la Barandilla de Cuadrifolios, Pináculos y Gárgolas góticas.

La Torre del Gallo, por su parte, nos muestra las influencias BIZANTINAS que llegaron al Reino de León y que observamos también en la Catedral de Zamora y en la Colegiata de Toro, lo que ha derivado en la tríada de CIMBORRIOS del DUERO.

La original Cúpula salmantina es un esbelto cilindro de dos pisos con Ventanales, los centrales resaltan y están coronados con Gabletes. Además, destacan cuatro Torrecillas adosadas con tejadillo cónico de escamas. La cúpula escamada está dividida en doce zonas o gallones separados por Crestas y coronada por el célebre Gallo de bronce.

En el interior la cúpula se levanta sobre pechinas decoradas cada una de ellas con un ángel que llama a la Resurrección de los muertos, uno de los cuatro se ha perdido.

Los nervios que adornan y sostienen la cúpula descansan sobre columnas adosadas que enmarcan dos pisos de ventanales que no coinciden con el exterior ya que, en realidad son dos cúpulas, la exterior o Torre del Gallo, envolviendo a la interior.

UN POCO DE HISTORIA
Alfonso VI encomendó a su yerno el Conde Raimundo de Borgoña la repoblación de Salamanca, éste y su esposa Doña Urraca restauran la Sede episcopal de Salamanca en 1.107 y nombran Obispo a Don JERÓNIMO VISQUÉ, compañero de batallas del Cid Campeador.
Antes de entrar en batalla dice la misa al Cid y le pide que le otorgue primeras heridas, es decir, que le deje entrar el primero en el combate, según la Crónica y el Poema de Mío Cid:
«El obispo don Gerónimo cantóles la misa é
manifestaron é comulgaron, é el obispo absolvióles, é
acabó sus oficios é demandó al Cid la delantera de la batalla,
é otorgósela en el nombre de Dios.»

Unos años después comienzan los trabajos de la seo salmantina que se prolongan durante todo el S. XII, aunque lo más probable es que estuviera terminada hacia 1.180.
Es importante resaltar que se iniciaron las obras cuando el estilo ROMÁNICO se encontraba en pleno apogeo y se terminaron con soluciones que apuntaban al nuevo estilo GÓTICO, como es el hecho de que la NAVE CENTRAL, proyectada para ser cubierta con BÓVEDA de MEDIO CAÑÓN, fuese cubierta con BÓVEDA de OJIVAS de arcos apuntados.
ESCULTURAS de la CATEDRAL VIEJA
El proyecto inicial era cubierta con bóvedas de medio cañón pero el Arquitecto decidió apuntarse al Nuevo Estilo Gótico y optó por la Bóveda de Ojivas. El problema es que los muros no estaban preparados para soportarlas, así es que improvisó unos enormes soportes a modo de repisas para los arcos, esculpidos con Atlantes para los del crucero en zigzag y con Ángeles Apocalípticos sobre cabezas monstruosas en los arcos de la Cúpula (Torre del Gallo). Bajo ellas se observa la Línea de Imposta Ajedrezada, típica del estilo Románico, quizás sirva para marcar la frontera estilística entre el Románico y el Gótico en nuestra Catedral Vieja.

Los CAPITELES de las Naves son originales, plenos de fantasía, de bella factura y representan variados temas: Grifos y Leones apresando cabras, Sansón y el León, Caballeros con espada, Adán y Eva comiendo la manzana, Dragones, Esfinges, Águila bicéfala, Cabeza asiria…

El brazo norte del crucero fue derruido al construir la Catedral Nueva, el brazo sur perdura hoy con espléndidos sarcófagos pétreos y policromados.

Comienza a desarrollarse una ESCULTURA FUNERARIA, al permitirse los enterramientos de Nobles y Reyes en los templos a cambio de sus donaciones. El modelo más repetido es un Arcosolio en la pared, el sepulcro descansa sobre leones para no tocar la tierra y sobre él una escultura yacente del difunto dormido plácidamente. Se decora con relieves escultóricos y frescos.

CAPILLA de SAN MARTÍN
Se encuentra en la parte baja de la actual Torre del Reloj. Los frescos que la decoran nos aportan la imagen de los templos medievales con sus muros llenos de policromía.

Destaca la obra firmada y fechada en 1.262, de Antón Sánchez de Segovia, una rareza en época de anonimatos artísticos. Considerado el mejor artista del S. XIII y origen del Gótico en el Reino de León, por su riqueza cromática, por su naturalismo y por su excelente técnica y carácter.

Las figuras, enmarcadas por arquitecturas góticas de arcos trilobulados, son ligeras y dinámicas, los amplios pliegues redondeados de sus vestidos caen con naturalidad, sus brazos expresan movimiento, sus rostros, emociones.
En estos momentos en la Pintura la influencia Francesa es menor que en Arquitectura y Pintura, los artistas son Hispánicos, hasta que lleguen, más adelante Flamencos e Italianos.
El fundador de esta Capilla se encuentra enterrado aquí, el Obispo D. Rodrigo Díaz.

CAPILLA MAYOR
El tesoro del Gótico Español que acoge es visita imprescindible en Salamanca.

Se trata del impresionante RETABLO que escenifica en cincuenta y tres tablas episodios de la Vida de Jesús y la Virgen. El orden cronológico, para su lectura, es de abajo a arriba y de izquierda a derecha. Comienza con el «Nacimiento de la Virgen»
Destaca, además, por su carácter narrativo, es un auténtico Catecismo. Es el despegue de la magnífica tradición de Retablos Españoles que alcanzará cumbres artísticas insospechadas en los siguientes siglos.
El Retablo, en el altar Mayor de los templos, será el foco de atención de los fieles, el lugar donde se expresará la Doctrina cristiana.
El autor, Dello Delli, provenía de Florencia, lo realizó en la Primera mitad del S. XV, con la ayuda de sus hermanos Nicolás y Sansón.

Lógicamente, las influencias italianas están presentes. Y, donde más se acentúan es en el fresco que decora el cascarón del ábside con una fastuosa representación del JUICIO FINAL. La autoría está documentada, NICOLÁS FLORENTINO fue contratado por el Cabildo en 1.445.

En la parte superior, aparece Jesucristo mostrando sus llagas, (con un gesto que recuerda al de la Sixtina), rodeado por los Ángeles con los símbolos de la Pasión: Cruz, Clavos, Columna, Lanza, Esponja y Martillo. A la izquierda está San Juan Bautista y a la derecha, la Virgen.
Y en el registro inferior, dos Ángeles con Trompetas, separando a los Justos, vestidos con túnicas blancas, de los Pecadores, desnudos y arrojados a las fauces de Leviatán, un inmenso monstruo verde que los devora.

El Retablo está presidido por la Patrona de la Ciudad, la Virgen de la Vega, imagen procedente del desaparecido Monasterio de la Vega. Esta delicada muestra de Orfebrería con Esmaltes es una obra maestra del Románico, producida en el taller orfebre de Salamanca donde trabajaban artistas franceses de Limoges.
CLAUSTRO de la CATEDRAL

El célebre terremoto de Lisboa en 1.785, destruyó buena parte del Claustro Románico, fue rehecho en el S. XVIII. Aún así, han sobrevivido las Capillas y algunos Sepulcros de sus galerías.
La puerta de ingreso a la Catedral desde el Claustro es netamente Románica, con matices hispánicos como los fustes de las columnas en zig-zag.
CAPILLA de SANTA BÁRBARA

El afán por remarcar un alto linaje llevó al Obispo D. Juan Lucero a no conformarse con Sepulcro en arcosolio y dedicó a su enterramiento un espacio privado, una auténtica Capilla funeraria, en la que aparecen sus blasones por doquier: un sol de 12 puntas coronado por una cruz.
En el S. XVI se añadió el Retablo presidido por Santa Bárbara.

Esta capilla está íntimamente ligada a la Universidad ya que los estudiantes aspirantes al doctorado pasaban aquí la noche anterior al examen, meditando a los pies del sepulcro del Obispo Lucero, de ahí la expresión «estar en capilla».
En 2.020 se terminan las acciones de restauración de la capilla y se desvela al público la existencia de un retablo de frescos góticos ocultos tras el retablo del S. XVI que también representa escenas de la vida de Santa Bárbara.

La magia de la tecnología nos permite admirar dos creativas obras con más de doscientos años de diferencia.
CAPILLA de TALAVERA
En un primer momento se llamó SAN SALVADOR, cambió de nombre cuando en 1.510, la dotó D. Rodrigo Arias Maldonado, natural de Talavera, abuelo de D. Francisco Maldonado, ajusticiado en Villalar. Instituyó en ella el rito Mozárabe, privilegio que compartía con la de Alcalá de Henares, fundada por el Cardenal Cisneros.
La Cúpula está articulada por ocho arcos paralelos dos a dos, que, curiosamente, no se cruzan en el centro, decorados con motivos diversos: Rosetas, ajedrezados, Puntas de diamante…es genuinamente Hispánica.

CAPILLA de ANAYA
Dotada en el S. XV por la gran figura de la época, el Obispo D. Diego de Anaya y Maldonado que, presidió el Consejo Real de Enrique III y también fue arzobispo de Sevilla. En Salamanca fundó el Colegio de San Bartolomé, hoy Colegio de Anaya, presidido por su escudo que también prolifera en esta Capilla.

Destacó por su modernidad y mecenazgo, poseedor de una selecta Biblioteca. Tras una intensa vida eclesiástica, política y cultural, eligió su tierra para el descanso final y le compró esta capilla al Cabildo catedralicio para él y su linaje.

Su sepulcro, en alabastro, se halla en el centro rodeado por una magnífica reja, la más original de su tiempo.

AQUELLOS TIEMPOS…
Al penetrar en un templo Medieval es recomendable viajar al pasado, imaginar a las personas trabajando de sol a sol todos los días del año, viviendo en una oscura casucha, vistiendo ásperas sayas sin color definido y, de repente, accedes a un inmenso espacio donde te envuelve el aroma a incienso y aparece una procesión de humanos semidivinos, vestidos con sedas y oros que les hacen parecer celestes. La Iglesia escenificaba su poder y atemorizaba a los impíos ayudada por una tramoya de primer orden.
En la visita, pasearás por varios siglos de historia y contemplarás variados estilos: desde el Románico al Neoclásico, pasando además por el Gótico, Renacimiento y Barroco.
Entra, y el aire que respiras es de otro tiempo, la luz tamizada provocará sensaciones inauditas, un escalofrío de inmensidad. La perspectiva de aquellos artesanos, arquitectos y visionarios que con los medios de una época tan lejana consiguieron estas maravillas, cambiará tu idea del pasado.
SIGLOS de CATEDRAL

Salamanca tiene el honor de atesorar dos Catedrales, la Románica o Catedral Vieja y la Nueva.
Desde finales del S. XV, el Cabildo hizo llegar al Papa la necesidad de construir una nueva Catedral a través de una carta de los Reyes Católicos: «Salamanca es de las insignes, pupulosas y principales ciudades de nuestros reynos e la Iglesia Catedral es muy pequeña y oscura y baxa».

El aumento demográfico y el constante incremento de la relevancia de la Universidad estaban haciendo de Salamanca la ciudad referente de la cultura y la ciencia en el mundo.

Comienza una aventura constructiva de varios siglos cuya primera fecha destacable es la que aparece en el relieve que se encuentra en la Fachada principal. Enmarcado en un Alfiz, se muestra el Búcaro de Azucenas, símbolo de la Virgen y emblema del Cabildo Catedralicio, bajo una corona y sobre la placa que marca el inicio de las obras, el Jueves 12 de Mayo de 1.513.

Las trazas iniciales se deben a ANTÓN EGÁS y ALONSO RODRÍGUEZ, maestros, respectivamente, de la Catedral de Sevilla y de Toledo.
Se nombra Maestro Mayor para la dirección de obras a JUAN GIL de HONTAÑÓN, comprometiéndose éste a levantar las cuatro Capillas del Evangelio, lado Norte y encargando a JUAN de ÁLAVA, tres Capillas de la Epístola.

Aunque ambos arquitectos litigaron hasta la extenuación, ambos cumplieron y en 1.526, al fallecer Juan Gil, es nombrado Maestro, JUAN de ÁLAVA que modifica las trazas y dirige las obras hasta su muerte en 1.538. Es entonces cuando accede a la dirección de las obras, el gran maestro RODRIGO GIL de HONTAÑÓN, hijo de Juan Gil de Hontañón.

No es lo habitual, pero la obra se comenzó por los pies donde podemos admirar la Fachada de cuatro arcos, el quinto, omitido por la presencia de la Torre, (de la Catedral Vieja), que corresponden a las tres naves y a las laterales de Capillas. Estos sensacionales Arcos parecen esconder unas atractivas Bóvedas de Crucería caladas y albergan la obra cumbre de JUAN GIL de HONTAÑÓN. El arco central corresponde a la Nave principal del templo, de mayor altura que las laterales y cuyo remate ya es obra de RODRIGO GIL de HONTAÑÓN.

PORTADA del PERDÓN
Sobre la Puerta de Arcos Rebajados o Carpaneles, y Geminada, que recuerda a la de la Universidad, dos refinadas escenas, el NACIMIENTO de JESÚS y la EPIFANÍA, también bajo el mismo tipo de arco, acogidos, a su vez, por un gran arco Trilobulado que deja espacio para un Escudo del Cabildo arropado por las alas del Águila de San Juan, símbolo de los Reyes Católicos.

Todo el conjunto, bajo un colosal Arco Conopial sobre el que se muestra el espléndido CALVARIO, flanqueado por las inmensas imágenes de SAN PEDRO y SAN PABLO.

El calado pétreo del Arco Triunfal, decorado con sendos Escudos Marianos, no hace sino constatar la habilidad de Juan Gil de Hontañón en su obra maestra.
El remate de esta nave central es obra de su hijo Rodrigo, el cambio de estilo es nítido, sólo elementos Clasicistas: Arcos de Medio Punto, Óculos, Medallones, Friso con las Cruces que Rodrigo también utilizó en el Palacio de Monterrey, un magnífico Frontón con dos Cuernos de la Abundancia y Animales Fantásticos a modo de Crestería, y un Candelero que se alza al cielo.
La Balaustrada marca la separación entre la obra del padre y del hijo, entre el Gótico tardío y el Renacimiento Clásico.

De la pléyade de Escultores que trabajaron en la Portada, destacaremos a JUAN RODRÍGUEZ. A mediados ya, del S. XVII labró los Relieves de la Epifanía y el Nacimiento y la exquisita VIRGEN en el Parteluz de la doble Puerta.

Se desató una encendida polémica entre los que decían que se trataba de una INMACULADA y los que hablaban de la ASCENSIÓN. En realidad, participa de ambas. La INMACULADA CONCEPCIÓN hace referencia al hecho de que la Virgen nació sin mácula del Pecado Original y se la representa sobre la Media Luna y coronada, según el pasaje del Apocalipsis:
«Una mujer vestida de sol, con la luna debajo de sus pies y en la cabeza una corona de doce estrellas”. Es una ASUNCIÓN por ser la titular de la Catedral y uno de los ángeles porta una cartela con el lema «subió al cielo». Es de suponer que los que negaban la Concepción Inmaculada de María, arrancaron el cartel del ángel de la derecha en el podría leerse: «No hay en tí Pecado Original». La Iglesia declaró DOGMA de FE, en 1.854, la Concepción Inmaculada de la Virgen.
FACHADA NORTE

Desde el lado Norte, en la Plaza de Anaya, se observa el Escalonamiento de Naves, típico del Gótico. La nave de Capillas está rematada por una Crestería Gótica, la Nave Lateral por una Plateresca y la Nave Central por una Balaustrada Renacentista y decorada con Medallones. El cambio de estilo es patente y nos habla de los Maestros sucesivos, Juan Gil, Juan de Álava y Rodrigo Gil. Llaman poderosamente la atención los Arbotantes, elemento constructivo del Gótico a los que Rodrigo dotó de unos colosales Óculos que recuerdan a Bramante, el Arquitecto Romano más clásico del Cinquecento.

En este lado se abre la magnífica PUERTA de RAMOS, obra de JUAN GIL. El relieve y las figuras de San Pedro y San Pablo son del S. XVII, realizados por JUAN RODRÍGUEZ, el mismo que trabajó en la Portada del Perdón.
El Arco de Medio punto de la Puerta está decorado con Seres Fantásticos, heredados del Gótico, al igual que los motivos vegetales de Cardillos que no dejan un espacio libre de adorno en toda la fachada. Sobre la puerta nace otro arco gemelo que cobija la escena de la «Entrada de Jesús en Jerusalén», al fondo enormes Palmeras, demasiado enormes, y edificios de la ciudad en la lejanía.

A los lados de los Santos hay dos Medallones,
apenas destacados entre la profusa decoración, retratando a los Reyes Católicos.
Destaca el enorme Rosetón por el que danzan en fila unos exóticos Dragones.

También en el lado Norte se exhibe un interesante Documento pétreo que nos informa de que el Veinticinco de Marzo de 1.560, siendo Papa Pío IV, Rey Felipe II y Obispo Francisco Manrique de Lara, se trasladó el Sacramento desde la Catedral Vieja. A la altura del Crucero se levantó un muro tras el cual continuarían las obras del resto del proyecto.

La mitad inferior de la placa se dejó sin labrar y estaba destinada a serlo en la fecha definitiva de Fin de las obras. Hecho que tuvo lugar el Diez de Agosto de 1.733, el Papa era Clemente XII, el Rey era Felipe V y el Obispo José Sancho Granado.
En los años transcurridos entre ambas fechas nuevos Maestros estuvieron al frente de la construcción tras la muerte del gran Rodrigo Gil de Hontañón. Destacaremos a JUAN de RIBERO RADA, desde 1.589; a JUAN de SETIÉN GÜEMES desde 1.668 y, desde 1.714 al Maestro JOAQUÍN de CHURRIGUERA.
EN EL TEMPLO

La época más fructífera en la edificación del templo, corresponde a la dirección de Rodrigo Gil de Hontañón. Modifica el proyecto y aplica sus excepcionales competencias constructivas para elevar las Bóvedas de las tres Naves, diseña la estructura de los Vanos que se adornarán con Vidrieras de Flandes e introduce elementos Clásicos como son los Medallones que adornan los Arcos de las Naves.

Los Capitales son casi imperceptibles, los Nervios discurren hacia lo alto y se intercalan con otros que unen las Claves y que son meramente decorativos pues no arrancan de los pilares, sin embargo aportan dinamismo a la superficie por la que discurren.
La Balaustrada exterior tiene su gemela en el interior y discurre por toda la Nave permitiendo recorrerla a modo de Deambulatorio. RODRIGO GIL, artista versátil, adaptó el Gótico renovándolo, elimina los elementos ornamentales goticistas y se centra en los meramente arquitectónicos.

JUAN de SETIÉN GÜEMES levantó las Bóvedas del Crucero y la Girola siguiendo el diseño de Rodrigo Gil y sentó las bases del CIMBORRIO, obra de JOAQUÍN de CHURRIGUERA.

Parecía que, después de tantos siglos y avatares, la Catedral estaba terminada cuando el Terremoto de Lisboa, el 1 de Noviembre de 1.755, se cebó con ella. Los informes determinaron que sería necesario demoler la obra de Churriguera pues amenazaba con desplomarse. Se encarga a JUAN de SAGARVINAGA y a JUAN BAUTISTA SAQUETTI, la sustitución del dañado y construcción del nuevo.

Salvaron las cuatro Pechinas de Churriguera con relieves Barrocos de Conchas triangulares que acogen el símbolo catedralicio. Sobre ellas levantan el Tambor con Relieves de escenas Marianas que soporta una Cúpula Neoclásica.

El Terremoto de Lisboa también provocó serios daños en la Torre de Campanas, a la derecha de la entrada.

Curiosamente es poseedora de más estilos que la Catedral Nueva, ya que pertenecía a la Catedral Vieja, de hecho, en su interior se encuentra la Capilla de San Martín, del S. XIII. Sobre ella se levantó un cuerpo cúbico que aloja el primer Campanario, base de un cuerpo Octogonal con el segundo campanario. El remate es una majestuosa Cúpula coronada por un Templete y Cupulino bajo la Veleta y la Cruz.

El ingeniero BALTASAR DEVRETÓN, que había solucionado problemas similares en las Catedrales de Córdoba y Granada, también afectadas por el terremoto, sugirió cinchar con cadenas los cuerpos inferiores y forrarlos con Sillería.

JERÓNIMO GARCÍA de QUIÑONES fue el encargado de dirigir las obras para ocultar las cadenas. Ventanas ciegas y el Escudo catedralicio ornan el Talud que salvó la Torre.
LAS CAPILLAS

Nacieron como Capillas, cada una con su Promotor, y se han convertido en pequeños Museos que han recibido aportaciones de artistas durante varios siglos. Entre todas ellas sobresale la CAPILLA DORADA, quizás la más antigua, y su decoración GÓTICA así lo revela, Arcos Conopiales y Cresterías vegetales decoran los Sepulcros y los Oros, tan queridos por el Gótico, le otorgan el apelativo.

Más de cien esculturas cubren sus muros, distinguiéndose las de Adán y Eva que recuerdan a Venus y Hércules de la Fachada de la Universidad, y una «Muerte» que se asoma desde un hueco en el muro con la inscripción latina «Memento Mori», Acuérdate que has de morir.
TRASCORO

Del Gótico al Barroco, admiremos el TRASCORO de JOAQUÍN de CHURRIGUERA, ya que no podemos disfrutar de su Cúpula. La profusa decoración provoca resultados pictóricos e invade las columnas. El Entablamento, penetrado por la Peineta con Dios Padre y las Hornacinas comprimidas, guarecen las imágenes de Santa Ana y San Juan Bautista de JUAN de JUNI, rescatadas de un Retablo del S. XVI.

En Diciembre de 1.765 termina una Odisea de varios siglos que fue posible gracias al empeño del Cabildo catedralicio, los Reyes y de la ciudad de Salamanca por concluir su sueño.

Sólo en apariencia la Catedral de Salamanca es una catedral Gótica. Un atento y detenido examen nos desvela elementos Platerescos, Clasicistas, Barrocos y Neoclásicos, emanados de los más afamados e insignes Artistas de cada época. Maestros que dejaron su sello de autor pero que respetaron la imagen que el Cabildo pretendía e intentaron conseguir una Uniformidad de Estilo para evitar que su obra desentonara del conjunto. Y, por encima de todo, aplican el principio clásico de «Concinnitas», es decir, de Armonía y Respeto a lo que te precede.
PATIO CHICO

Sin duda, la decisión de no demoler la Catedral Vieja fue histórica, contadas ciudades en la Cristiandad pueden presumir de dos Catedrales.

En el Patio Chico se unen las dos Catedrales, componiendo un rincón muy especial para los Salmantinos… Y que sorprende a los foráneos, cuando acceden a él por estrechas callejuelas solitarias, al doblar una esquina se hallan ante una estampa del pasado, una imagen que permanecerá en sus retinas.

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